1910-1920 HISTORIA DE LA MODA


HISTORIA DE LA MODA
SIGLO XX
DÉCADAS
1910-1920




Una década en donde el uso del maquillaje era habitual, pero el resultado deseado era muy natural. Ya los rostros blanco y empolvados no se veían demasiado. 

Helena Rubinstein proponía polvos rosas para dar una aspecto mas saludable. Por otro lado Elisabeth Arden abre su primer salón de belleza en donde proponía a las damas de la alta sociedad tratamientos faciales para mejorar la calidad de la piel. Las dos mujeres de la belleza sacaban al mercado novedosos productos que fueron muy bien aceptados por las mujeres. 



Durante la guerra, no estaba bien visto malgastar dinero en maquillaje, así que solo usaban un poco de labial rojo y vaselina que aportaba brillo a los parpados. 



El cabello, que hasta entonces lucia ondulado comenzó a peinarse con raya al estilo Lillian Gish, que para entonces era el ideal a seguir por las mujeres. 



El final de la guerra hizo que muchas cosas cambiaran, repentinamente todas las mujeres deseaban lucir enigmáticas y peligrosas. Se cortaban el pelo de manera muy masculina, destacaban los ojos con kohol y los labios rojo intenso. 



En 1910 se produjo un cambio rotundo en la moda, influenciado por el "Ballet Ruso" que recorría los escenarios europeos. Los colores llamativos y la onda oriental, reemplazó la hegemonía en tonos pastel y las faldas largas. Bailarinas como la sensual Isadora Duncan y la enigmática Mata Hari, se transformaron en íconos de belleza seguidos mundialmente. Gracias a esta nueva moda las mujeres se atrevieron a desafiar los sólidos principios morales que las ataban y comenzaron a mostrar el cuerpo, lo que por supuesto no fue posible sin escándalo eclesiástico y machista de por medio. 
Los cuellos "hasta las orejas" dieron paso al escote en "V" y las faldas se acortaron levemente, dejando al descubierto los tobillos, cosa que también causó estupor en la época porque durante siglos las piernas femeninas habían sido el símbolo erótico que "provocaba la lujuria en los hombres" y que por lo tanto, debían ser escondidas. 
En 1914 llegó la Primera Guerra Mundial. De dimensiones escalofriantes y trágicas consecuencias para el viejo continente, terminó por completo con la farándula y el lujo de la moda francesa e inglesa, en donde se encontraban las grandes casas de alta costura. 
Una vez finalizado el conflicto, en 1918, la falda campana dio paso a los cortes rectos, "tipo tubo". El tan utilizado corsé cambió de estrategia, ya que si antes se había usado para levantar el busto, ahora lo hacían para disminuirlo. 

El "corsé alisador" y los vestidos acinturados en la cadera, dibujaron el nuevo tipo de belleza y de mujer, las que buscaban parecerse más a los muchachos que a las antiguas beldades femeninas. Así surgió la mujer estilo Garzonne, quienes para lograr más aún el parecido con los hombres, se cortaron el pelo y perfilaron las cejas, comenzaron a salir a bailar y se borraron los antiguos patrones sociales que diferenciaban las clases. Ahora hasta era bien visto ser amiga o parecerse a las cortesanas de "vida alegre". 

En plena época de post guerra y representando a esta nueva generación de mujeres independientes y modernas, apareció la mítica Coco Chanel. Su estilo cómodo y práctico representaba la revolución femenina y la economía que debía surgir en época de recesión. Por esta razón, introdujo materiales más simples y baratos que el chiffon, el tul y la seda. Creó entonces los trajes de punto, tejidos finos que otorgaban más y mejor flexibilidad para la nueva mujer, la que además ponía énfasis en la práctica deportiva, incentivada por la reciente costumbre de ocupar el tiempo en algo útil.


 "La mujer ya no era una utilidad en sí, sino que "hacía" cosas útiles" 


Décadas 1920-1930 


Para considerarse chicas modernas, las mujeres debían lucir el corte a lo chico, pero los hombres no aceptaban esta moda. Este corte podía llevarse tanto con el cabello lacio u ondulado, algunas lo adornaban con una cinta en la frente. 
El maquillaje se usaba muy recargado sin importar que se viera artificial , los ojos negros, la boca roja y las cejas cuidadosamente perfiladas en forma semicircular. 
En el año 1925 aparece en el mercado la primer laca de uñas de color, que rápidamente consiguió miles de adeptas. 
El principal objetivo de este look era la provocación. 
La verdadera creación de la época fue el rimel a resistente al agua, tanto Elisabeth Arden como Helena Rubinstein se atribuían la invención. De esta forma esta feroz competencia hizo que el mercado de la cosmética creciera rápidamente. 
A ellas se suma Max Factor, maquillador de teatro y de varias estrellas de cine. Una época en donde se decía que las mujeres parisinas habían descubierto el secreto de la seducción. 
Por su parte Coco Chanel mostraba su morena piel consiguiendo así gran cantidad de imitadoras, según ella la palidez extrema era solo para los pobres que trabajaban encerrados dia y noche. Josephin Baker fue la encargada de revolucionar los cánones de belleza por su estilo y piel negra que comenzo a considerarse hermosa y delicada. 

La silueta de la mujer se hace completamente lisa por la parte superior, 
de forma que el look unisex o andrógino se generaliza. Se consigue marcar pecho ni cintura, por medio de los corsés alisadores, imagen de barril. Se elimina la falda larga de la década anterior y la sobrefalda que se lleva sola, pierde su vuelo. Look garçon, pelo corto a lo chico, axilas y piernas afeitadas. Chanel impone las prendas unisex como el jersey. Se llevan vestidos enteros con flecos y bolsitos pequeños. Las prendas se acortan por encima del tobillo, y la década acaba con el corte de pelo “ETON”. Destacan: ELSA SCHIAPARELLI, PAQUIN, MADELAINE VIONNET,COCO CHANEL.
Con la crisis económica de 1929, la industria de la moda introdujo el lino como material en boga (debido a su bajo costo) y los materiales artificiales como las baratas medias de seda sintética que reemplazaron rápidamente a las antiguas de seda natural y que tenían un elevado costo. En 1930 la pauta a seguir eran las actrices como Greta Garbo y Marlene Dietrich, mujeres de hombros anchos y caderas delicadas, altas y delgadas como una esfinge egipcia. En este período el punto erótico cambió desde las piernas hasta la espalda, la que era resaltada por prominentes escotes y que provocaba el delirio masculino. 
Ahora la mujer estaba envuelta con un halo de encanto, sensualidad y misterio. Los hombres sucumbían frente a esta belleza madura de movimientos felinos y mirada dormida; la mujer sacaba provecho de su cuerpo y no lo ocultaba por prejuicios moralistas. 
Por primer vez en la historia de la moda los vestidos de día eran tan cortos como los de noche, ¿y qué se llevaba debajo? La prenda más usada era una combinación de algodón color crema compuesta por un corsé y un sujetador para disimular los pechos, con tirantes ajustables, parte delantera bordada, partes laterales y traseras elásticas, cierre lateral con corchetes y cuatro portaligas ajustables. Todo ésto estaba confeccionado con un nuevo material: el rayón, ligero, barato, y fácil de lavar. 
La contribución a la emancipación de la mujer que supuso librarse de indumentarias de varios uilos de peso es enorme.Los aparatosos sombreros de la belle époque quedaron definitivamente desterrados de los armarios, ahora eran tan minimalistas y elegantes como la silueta y los vestidos 
La imagen de la década fue el pelo a lo chico, y las que no querían desprenderse de su melena no podían considerarse chicas modernas. La imagen se completaba con ojos con gruesas rayas negras, boquita de piñón de un rojo intenso, y cejas cuidadosamente depiladas. Maquillarse o darse polvos en público se consideraba inapropiado y, en consecuencia extremádamente elegante. El maquillaje debía ser muy recargado, no importaba que resultara artificial.